La Diada de Cataluña vuelve a ser, un año más, una fiesta organizada por los separatistas, para los separatistas y sin los demócratas. El nacionalismo ha pervertido el día de todos los catalanes, convirtiéndolo en una jornada de exclusión y resentimiento. Actualmente, en Cataluña hay menos ruido, pero no menos peligro para la convivencia. El nacionalismo sigue eliminando el pluralismo y amenazando los derechos de los catalanes constitucionalistas, y lo hace, lamentablemente, con el beneplácito del gobierno de Pedro Sánchez. El nacionalismo es decadencia. Y nuestro antídoto es la libertad.

Durante el último año miles de familias catalanas han perdido algún ser querido o están sufriendo la crisis económica. Todas estas familias son nuestra prioridad. Nunca debemos perdernos en debates estériles y en enfrentamientos subvencionados, pero menos aún en momentos críticos como el actual. Debería ser este un tiempo de reconciliación entre los catalanes. De trabajar juntos por aquello que nos une: la creación de empleo, una educación de calidad, una mejor sanidad y unas infraestructuras del siglo XXI. La responsabilidad política es necesaria para la recuperación económica y social. Esas son nuestras prioridades.

Hoy el Partido Popular Catalán reivindica, como cada año, una Diada de todos y para todos los catalanes. Para ello, nos comprometemos a seguir trabajando para conseguir una Generalitat que esté a favor de Cataluña y no en contra de España. Seguiremos defendiendo la Cataluña de la senyera, española y europea. Seguiremos luchando para preservar el legado democrático de nuestros padres y para dejar a nuestros hijos una Cataluña mejor, donde vuelva a reinar el respeto, la alegría y la libertad. Queremos volver a ser una tierra de vanguardia y oportunidades. Y el único camino es la libertad y la concordia. Feliz Diada a todos los catalanes.