Pregunta de la diputada Partido Popular de Cataluña, Lorena Roldán, al conseller de Educación, Josep González Cambray, durante la sesión de control al Govern:

 

“Sr. Cambray, no hace ni un año que usted es conseller y ya tiene en su haber dos de las grandes polémicas de este Govern:

 

- la pésima gestión en el caso del pequeño de Canet.

- Y la mayor huelga de educación, sin precedentes en las últimas décadas.

 

La pregunta es muy clara, sr. González, ¿por qué no escucha usted a los docentes, a las familias y al resto de la comunidad educativa?

 

Que iba a ser nefasto como conseller a nosotros nos quedó claro con su primer acto al frente del Departamento. Lo que no esperaba es que usted se esforzará tanto en demostrarnos a todos su incompetencia y en tan poco tiempo.

 

Usted empezó sus pinitos como conseller con una carta dirigida al profesorado donde les decía que serían los protagonistas de la nueva Generalitat republicana. Mucho protagonismo y mucha carta pero a la hora de la verdad ni les escucha. Ni a ellos ni a las familias.

 

¿Se ha parado a pensar en lo que conlleva adelantar el curso?

Los docentes tienen que programar las clases, organizar el centro, documentarse sobre los alumnos, situar a los nuevos profesores… tareas que hacen precisamente en esos días sin alumnos.

 

Una gran parte de la plantilla es interina y los contratos se inician el 1 de septiembre. ¿Me dice usted cuándo van a hacer todas estas tareas de planificación?

 

¿Y las familias? ¿Ha pensado usted en la conciliación? ¿O en el sobrecoste de comedor?

 

Las medidas de este calado, Sr. González, tienen múltiples consecuencias y usted no ha pensado en ninguna. Ha tomado la decisión de manera unilateral y cuando los sindicatos se han plantado encima los ha ignorado. Ir a negociar con un acuerdo cerrado no es negociar, Sr. Cambray, es imponer.

 

Si el tiempo que dedica a ingeniar cómo burlar la sentencia del 25% en español lo empleara en mejorar las condiciones de la plantilla y las necesidades del alumnado, nos iría mucho mejor. Ser conseller de Educación no va de ser activista por la lengua, implica dirigir uno de los departamentos más importantes del Govern. Céntrese en mejorar el currículum, en acabar con la temporalidad y la precariedad del profesorado, adecue los centros, tenga presentes a las familias y a los alumnos. A nadie le importan sus cruzadas ideológicas, lo que queremos es la mejor educación para nuestros hijos.”